Desde pequeña ligué mi voz a una guitarra… Me gusta ir descalza, pisar la tierra y sembrarla. Ahora más de montaña, antes más de mar. Me construyo y me destruyo en círculos en el intento de crecer hacia la dirección indicada por la luz. Manifiesto la música, la invento y la interpreto. Canalizando intento encontrarme. Grito en silencio y canto lo que no cuento. Procuro aprender, guiarme, dejarme huella, sanarme a través del reflejo que emano cuando no soy consciente de ello…
Tengo tres guitarras, un cajón flamenco que aún no sé tocar y una máquina de coser la cuál desmenuzo retal a retal siempre que puedo. Tres perros a los que quiero con pasión; una familia auténtica donde aprendí la mitad de mi misión en la tierra; una cocina donde día tras día interpreto y conquisto a mi paladar y sí…amo desayunar.
